“La paloma” es el tema de preocupación creciente en los productores que inclinaron su siembra para el lado del girasol.

SAN BERNARDO- “La paloma” es el tema de preocupación creciente en los productores que inclinaron su siembra para el lado del girasol.
En la tarde del jueves 9 en sus habituales recorridas por la zona productiva, el ingeniero y el referente de la cooperativa agrícola ganadera de Justiniano Posse Limitada con sede en esta localidad, verificaron el ataque de las palomas a los cultivos de la oleaginosa, observando graves efectos de las mismas que llegan a comer incluso de plantas verdes.

El ingeniero agrónomo de la firma Claudio Hordodji señaló “venimos visitando frecuentemente a los colonos y vemos en el Lote 6, cerca de la localidad, la afectación que tienen los cultivos, siendo los más cercanos a la cosecha los que mas acusan el ataque de las aves, que en muchas tortas que pudimos observar, se han caído mas de la mitad de los granos de la misma entre lo que comen y lo que desgranan”, sostuvo.

“Es previsible cuando se está ante la plaga, que esta ataque a la planta cuando está en una etapa de casi todo el desarrollo de su ciclo, pero pudimos observar en plantas que están a mas de tres semanas de la trilla, que también fueron atacadas, lo que habla de la voracidad y abundancia de las mismas, que incluso deshovan en el líneo mismo o en el monte cercano en el suelo, lo que nos ratifica que el problema de las palomas que fue creciendo año a año, ya está en una etapa muy preocupante”, sostuvo Rubén Szkamarda, referente de la entidad cooperativa en la localidad.

El ingeniero por su parte consignó “por causa de esta plaga y por la desesperación misma de ver como las palomas se comen su producción, es que varios productores tomaron la determinación de adelantar la recolección del producto realizando la aplicación de glifosato para acelerar el secado y poder trillar, considerando que aunque tengan que sacrificar rendimiento, es la pérdida menor, puesto que las palomas se pueden llevar hasta un 50 o 60 % de su producción, si se respetan los tiempos normales y peór aún, si se completa el ciclo y no hay buen suelo para ingresar con las máquinas, peor sería la pérdida”.

En otro orden de cosas, el ingeniero Hordodji sostuvo “se están realizando en la zona ensayos con repelentes ecológicos pero que tienen alta incidencia económica con escaso período y porcentaje de protección que oscila entre un 50 al 70 %, considerándolo los productores como un complemento pero no una solución a su problema, por lo que habrá que seguir trabajando en el tema para poder continuar con la siembra de esta oleaginosa, ya que muchos productores han decidido reemplazar este cultivo por otros alternativos tales como el cártamo, acobardados por las pérdidas consignadas en la campaña anterior”.

"Esta plaga va mas allá de lo conocido, porque tiene el detalle de que comienza a destruir la producción en una etapa en donde no se la puede levantar porque faltan dias para la culminación del ciclo, no hay un repelente hoy por hoy que tenga la efectidad necesaria y no se puede hacer nada para prever el ataque, realmente es una socia insaciable que se come la producción desde la planta y hasta ahora va ganando terreno", reflexionaron los referentes cooperativos.

“Evaluando los daños ocasionados por las aves en los girasoles, varían los ataques según la variedad de los híbridos utilizados ya que estos poseen características como es el vuelco del capitulo que dificulta el consumo de su semilla, como así también existen zonas donde se reproducen dichas aves teniendo a su disposición fuentes de aguas tales como represas, canales y bebederos de hacienda, eligen montes bajos con arbustos para su reposo, y la postora de los huevos la realizan como dije, sobre la superficie terrestre sin utilizar ningún otro elemento”, señalaron desde a entidad.

Finalmente el responsable de Justiniano Posse en la localidad comentó “lo observado es que no existe en la zona ningún tipo de depredador natural para regular su población lo cual se considera y se experimentó, que su aumento es progresivo, llegando a intentar los colonos distintos tipos de espantapájaros, como distribuir cabezas de vaca, o algún ave muerta en el campo de modo que revoloteen los cuervos, lo que ahuyenta a las palomas, pero es solución de un par de días y cuando estos se van, las palomas vuelven al ataque y vuelve la desesperación a los productores”, cerró Szkamarda.

Redacción: Gente de Pueblo

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