El alumno y el aula como sujeto y espacio prioritarios de las políticas


Reflexiones en torno de qué hablamos cuando hablamos de 190 días de clase. Tal como recomienda la UNESCO hace más de 25 años, las metas de más cantidad de días de clase (200 o 210 es el piso recomendado), más cantidad de horas de clases (con jornadas extendidas o completas), más años de educación (con la universalizacion de la sala de 4 al 2015 como metas nacional y provincial, el crecimiento paulatino de la de 3, la cobertura universal de la secundaria, más escuelas técnicas y más y mejores ofertas educativas en el nivel superior), son 3 condiciones de posibilidad indispensables para que sean posibles las metas de calidad y excelencia educativas.

Quienes hablan de que cantidad no es calidad, incurren en una falacia ramplona, dado que sin continuidad de días de clase, resulta imposible cualquier proceso de enseñanza y de aprendizaje. Son condiciones necesarias pero no suficientes, desde luego. Pero sin ellas, no es posible ni pensar en la calidad. Preguntémonos, por ejemplo, si son iguales los aprendizajes de alumnos que tienen un calendario escolar normal, de aquél que durante semanas y meses sufre distintas clases de discontinuidad escolar. Los aprendizajes requieren de tiempo, de tiempo, dedicación y estudio. Más tiempo constituye una oportunidad de mayor profundización de los conocimientos. De eso habla la UNESCO cuando nos dice, que en las actuales sociedades contemporáneas, los niños y adolescentes, en su gran mayoría, tienen en la escuela pública, la única ocasión de acceso a los conocimientos. Democratizar los conocimientos es también, expandir, tiempos, espacios y mayores oportunidades de escolarización de nuestros alumnos. 

Por eso, desde el Chaco, nuestra Escuela de Verano, agrega en el 2012 para 50.000 niños y adolescentes con dificultades de aprendizaje, 30 días más de clase, no sólo de apoyo, sino de talleres de cultura y recreación, con lo que estos alumnos tendrán un calendario escolar de 220 días de clase. Porque no sólo nos interesa el mayor ingreso en términos de piso de inclusión, sino su permanencia en términos de aprendizajes de calidad y de egresos que abran nuevos horizontes de vida. 

En cuanto a la cuestión de los presupuestos, estamos en los dos momentos históricos del mayor presupuesto educativo: 6,47% del PBI a nivel Nacional (no solo cumpliendo la meta UNESCO del 6%, sino ubicándose entre los 10 países que más invierten en Educación), y a nivel provincial con el 34,5% de nuestro presupuesto (el mayor de toda nuestra historia chaqueña, cumpliendo por vez primera el art. 83 de la Constitución Provincial que fija en 33 el piso de inversión). Por eso, podemos y debemos asumir el compromiso político y social de sostener al menos por 12 años estos presupuestos. Por eso hoy no es excusa decir que no podemos dedicarnos más a los alumnos sino hay mayor inversión. 

Porque lo estamos haciendo y lo seguiremos haciendo. 

Porque los resultados de dicha inversión lo veremos a mediano y largo plazos. 

Porque esto significa haber dignificado los salarios docentes. 

Porque esto significa haber construido en 4 años mas escuelas que en 12 y tener planes quinquenales nacional y provincial para revertir décadas de ausencia de planificación e inversión. 

Porque las netbooks y libros llegan a las escuelas y aulas. Y representan la mayor experiencia de democratización del conocimiento de nuestra historia y del mundo (en Portugal se entregaron 700.000 netbooks y en Uruguay 500.000, pero los programas educativos y bibliotecas que contienen las nuestras son ampliamente superiores). 

Porque hoy tenemos 420 bibliotecas y en cuatro años creamos 183. 

Porque nuestras leyes nacionales de Educación y de Educación Técnica, y de la Ley Provincial de Educación, que son muy buenas necesitan al menos 10 años para ser evaluadas, es decir para revertir los resultados de la Ley Federal de Educación, cuyas huellas más nefastas son la desestructuración del sistema educativo, la fragmentación del conocimiento, la pérdida de cantidad y calidad de contenidos de Matemáticas, Lengua y Literatura, Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, de la Escuela Técnica, la Educación Artística, de la Educación de Adultos, además del desfinancimiento exponencial del presupuesto educativo. 

Porque en el Chaco, tuvimos tres años de debate de nuestra ley provincial de educación (dos años de Congreso Pedagógico y uno más de audiencias públicas con diputados y sindicatos en 12 localidades distintas), para contar con el mayor consenso logrado por una ley educativa. 

Porque este año tuvimos nueve foros educativos "Hacia un nuevo contrato pedagógico, con inclusión, calidad y excelencia educativa", en los que no sólo discutimos los nuevos acuerdos de convivencia, sino en especial los contenidos y enfoques de la enseñanza. Porque queremos que todos los sujetos de la comunidad educativa (alumnos, padres y docentes) se asuman tanto como sujetos de derecho como de responsabilidades y obligaciones. 

Porque estamos trabajando a nivel nacional y provincial con los nuevos diseños curriculares. 

Porque nuestra formación docente ahora es a dos años, disciplinar y en el 2012 será con mayor impacto en las aulas. 

Porque es creciente la conciencia en los docentes acerca de las transformaciones en los paradigmas y en las prácticas docentes que son necesarios realizar. 

Por eso pusimos en marcha, desde el 2010 nuestro Operativo Provincial de Evaluación, de carácter censal, para evaluar en los niveles primario, secundario y superior, los estados de aprendizajes en Matemáticas, Lengua y Literatura, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, para saber cuáles son nuestras fortalezas y debilidades, para proponernos planes y metas de mejoramiento sustantivo de los aprendizajes, a corto, a mediano y a largo plazos. 

Por consiguiente, si todo esto constituye hoy parte importante de las realidades educativas, cómo no vamos a tener la inteligencia, la sensibilidad, la voluntad y el coraje de asumir de modo colectivo, Estado y comunidad educativa, la tarea de situar al Alumno y al Aula como sujeto y espacio prioritarios y razones de estado. 

Porque si es un valor histórico de época la mayor inclusión educativa que supimos conseguir, porque los que estaban afuera vuelven y están volviendo a las aulas, entonces la Educación Pública nuestra debe ir por más: mejorar sustantivamente los aprendizajes de todos nuestros alumnos para formar ciudadanos libres. 

No es una medida aislada que busque el sí o el no de aceptación. 

Es un proyecto educativo que lejos de la perpetua postal congelada de la frase crisis educativa, nos interpela a todos para que no busquemos más excusas a la hora de proponemos metas educativas para mejorar decididamente los horizontes de sentido y de futuro de nuestros compatriotas y comprovincianos. Porque creemos que el derecho social a la educación es la opción hecha realidad de la educación como emancipación social y cultural, ese valor agregado humano que se define como ciudadano sensible, ético, solidario y crítico. 

Francisco Romero
Ministro de Educación de la Provincia

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