“Nadie me decía nada”, afirmó el papá de la nena atacada en Avia Terai

En dependencias del sanatorio de Resistencia en el que se encuentra internada la menor de dos años víctima de ataques sexuales presuntamente llevados a cabo por cinco sujetos, cuatro de ellos menores de edad, su padre, Fernando Demetrio Ruiz, dijo que recién alrededor de las 20 del día en que ocurrió el lamentable episodio supo por un vecino y compañero de trabajo que a su hija la habían atropellado y estaba internada. Cuando la nena fue trasladada a la localidad de Sáenz Peña, Ruiz fue notificado de la violación en la comisaría de esa ciudad. “Nadie me decía nada”, protestó.
El caso que conmueve a la sociedad chaqueña tiene aspectos aún confusos. La nena fue violada y eso lo confirmaron los estudios clínicos a los que la sometieron: de ahí que más tarde llevaran a los padres a la sede policial de Sáenz Peña para formalizar la denuncia. 
La nena también fue atropellada por un vehículo y sufrió una fractura de pelvis (aunque no se informó si fue el golpe o la violación lo que le ocasionó el daño). Según Ruiz, el conductor se ofreció a prestar toda la ayuda que estuviese a su alcance, hasta el punto de que se presentó espontáneamente a declarar y la policía secuestró el automotor. Así, el accidente fue la causa por la que inicialmente internaron a la menor en Avia Terai, que 40 minutos después del llamado de auxilio fue asistida por una camioneta de la municipalidad, a falta de ambulancias. 
El hecho de que al parecer todos los testigos de la violación sean indirectos y de que no se haya hablado de una denuncia previa por parte de los padres, hizo desde el principio más confusa la detención de cinco personas en la causa. 
Presuntamente la Policía recién se abocó a la búsqueda de los sospechosos cuando los médicos del nosocomio de La Termal denunciaron la violación, y el primer lugar al que fueron a buscar información fue la casa de la víctima. Existe la versión de que la hermanita de la nena, una menor de diez años, fue “samarreada” por los agentes para que les dijera lo que había visto. 

“PODÍA SER, O NO, UN CHOQUE” 

Un vecino y compañero de trabajo le contó a Ruiz que la nena había sufrido un accidente. Faltaba una hora para terminar su jornada laboral. Otro hombre lo llevó en moto al hospital de Avia Terai donde se encontró con su esposa, Mariela, que tenía la misma versión. 

Siempre según el padre, el médico que atendía a la pequeña eludió las preguntas sobre lo que había pasado y cuál era el diagnóstico, y se limitó a mencionar que “sólo le estaba poniendo el suero” y que debían esperar una ambulancia desde otra localidad. Ruiz, todavía sin conocer el verdadero estado de su hija, se negó, pero el traslado se llevó a cabo de todos modos. 

En el Hospital 4 de Junio de Sáenz Peña los médicos tampoco brindaron precisiones sobre lo que había pasado. Uno de ellos se habría limitado a decir que “podía ser, o no, un choque”. Entonces llegó un contingente policial y ambos padres fueron llevados a la comisaría a hacer la denuncia. Ahí supieron la verdad. 

LO QUE LE DIJERON AL PADRE 

El día que fue violada y atropellada, la nena de dos años había acompañado a su hermana de diez “a comprar caramelos a un kiosco ubicado a una cuadra y media” de su casa. Al regresar, la mayor la dejó dentro de la vivienda y volvió a salir sin advertir que la pequeña la estaba siguiendo. Poco después “la ven sin pantalones y sin su ropa interior”. 

Su hermana trató inútilmente de ponerla de pie mientras aquélla señalaba un lugar oscuro desde donde, le contaron a Ruiz, “salía una persona prendiéndose los pantalones”. Volvieron a la casa y la más grande sentó a su hermanita en su falda al tiempo que llegó una vecina con la noticia de que la pequeña había sido atropellada. Cuando intentó alzarla, la madre vio que la nena sangraba. 

El resto de la historia, fragmentaria, a veces contradictoria, es la que se conoce desde hace algunos días, aunque la falta de precisiones por parte de la fiscalía interviniente no contribuye a llevar tranquilidad a la familia de la víctima. Mientras los pobladores de Avia Terai organizaron una marcha por justicia que terminó en destrozos, el clamor de los familiares sigue siendo el mismo: “Queremos saber lo que pasó”. 

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