EDITORIAL - Muertes maternas que son evitables

Las cifras aportadas por el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva, que se puso en marcha recientemente, revelan que el problema de la mortalidad materna en la Argentina es más que preocupante. Según los especialistas del flamante organismo, las desigualdades regionales y sociales y las fallas estructurales del sistema de salud son algunos de los factores que, combinados, contribuyen a mantener altas tasas de muerte que son perfectamente evitables.
Es que alrededor de 300 madres mueren por año en el país por causas que podrían ser evitadas, según coinciden en señalar los expertos que trabajan y colaboran con el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva, que fue creado con la idea de monitorear las políticas públicas en la materia, promover el cuidado de la salud e incentivar el debate social sobre estos temas. 
Los abortos, la hipertensión en el embarazo, la hemorragia posparto, las infecciones por el parto vaginal o la cesárea y los traumatismos en el parto, en ese orden, son las principales causas de mortalidad materna en el país. Esta situación, afirman los especialistas, refleja la falta de eficiencia en las políticas de salud implementadas hasta ahora y, además, confirman la existencia de una situación de injusticia social y de violación de derechos que requiere de una firme decisión política e intervenciones decididas y sin demoras. 
Vale recordar que el Ministerio de Salud del Chaco acaba de ratificar el compromiso de la gestión provincial de reducir la tasa de mortalidad materna al 5,3 por diez mil y la infantil al 13,7 por mil para fines de 2011, según las metas contempladas en el Plan para la Reducción de la Mortalidad Materno Infantil, de la Mujer y la Adolescente que fueron expuestos por las autoridades provinciales del área en un encuentro nacional de salud, del que participaron además los ministros de la cartera sanitaria de las distintas provincias. 
En el Chaco el Plan para la Reducción de la Mortalidad Materno Infantil, de la Mujer y la Adolescente funciona desde septiembre de 2009 con la meta de reducir la mortalidad infantil a 13,7 por mil nacidos vivos para fines de 2011 y bajar la mortalidad materna a 5,3 por diez mil partos para fines del mismo año. 
Para avanzar hacia esa meta se llevaron a cabo actividades de capacitación para agentes sanitarios en distintos puntos de la provincia y se ofrecieron charlas para crear conciencia entre la población afectada. 
Según el Ministerio de Salud de la Nación, la tasa de mortalidad materna, que refleja el riesgo de morir de las mujeres durante la gestación, el parto y el puerperio, fue de cuatro muertes cada 10 mil niños nacidos vivos durante 2008 en todo el país. 
La cifra representa un avance si se la compara con los datos de 2007, cuando se registró 4,4 cada 10 mil nacidos vivos, aunque debe señalarse que estos números revelan que todavía falta mucho por hacer para cumplir con el compromiso que asumió la Argentina con la Organización Mundial de la Salud para bajar la mortalidad materna un 5,5 por ciento cada año. 
Es más, un informe realizado por el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), el Centro Rosarino de Estudios Perinatales (Crep) y el Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina reveló que, en “en los últimos diez años, la mortalidad materna nacional no ha mostrado descensos significativos y algunas provincias tienen valores dos veces mayores, lo que es una muestra indiscutible del retraso en la implementación de acciones integrales sostenidas, basadas en las evidencias y acompañadas por la movilización comunitaria”. 
Como bien señala el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva en uno de sus documentos, las muertes de mujeres por complicaciones del embarazo, parto y puerperio deben formar parte de la agenda pública y la ciudadanía debe ser informada en forma permanente y adecuada para que también pueda aportar su colaboración en la solución de este serio problema.

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